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Mito: “Si te pasaste de estimulantes anoche, métete un churro o un par de clonas y en corto te relajas o podrás dormir”.
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Realidad: Este mito es FALSO. Consumir una droga depresora para cortar el efecto de una droga estimulante NO funciona; lo que provoca esta combinación es que el cerebro trabaje en 2 modalidades al mismo tiempo. Aunque parezca que estás “durmiendo”, en realidad el cerebro se queda estresado por el efecto del sedante, por lo que no hay descanso real.
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Efectos no tan chidos al despertar: poca energía, interés y dedicación en actividades y tareas diarias. Memoria floja y pensamiento escurridizo.
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Al mezclarlas con cristal: pueden detonar alucinaciones y delirios (hay que tener cuidado de no abrirle la puerta a la psicosis). Si una persona intoxicada comienza a percibirse vigilada, perseguida y/o amenazada es probable que su conducta se vuelva errática o violenta.
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El dato: hay quienes intercalan a propósito el uso de medicamentos antipsicóticos para “disfrutar” intensamente del cristal sin tener que experimentar (de momento) los efectos colaterales.
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Tip: se recomienda que la dosis de antipsicóticos sea supervisada y regulada por un médico especialista de confianza. No es a fuerza, pero piénsalo, plis: la incomodidad de ir al psiquiatra puede ser menos delicada que la creencia de que se tienen las cosas bajo control cuando no es así.
