¿Cómo prevenir una ITS?

En México, aproximadamente el 98% de las nuevas infecciones de VIH se realizan por vía sexual, por lo tanto la prevención por esta vía es fundamental. Si bien el condón sigue siendo la principal forma de prevenir la transmisión del VIH, existen otras formas de prevención. Organismos internacionales recomiendan las estrategias de prevención combinada, que implica incluir cambios del comportamiento, intervenciones biomédicas y también estructurales, debido a que la transmisión del VIH se puede facilitar por ciertos contextos sociales, políticos e incluso económicos.  

Debido a que aún persisten prejuicios sobre el ejercicio de la sexualidad, no se ha logrado que las estrategias de prevención sexual lleguen a todas las personas.  En consecuencia es importante promover la información correcta, el ejercicio responsable de la sexualidad, el uso de condones y el uso de nuevas tecnologías para evitar la transmisión del virus. 

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Condones

Los condones, también llamados preservativos, son un método eficaz para evitar la transmisión del VIH, siempre y cuando estos sean utilizados adecuadamente, es decir, que no se rompan y que no se salgan durante la relación sexual. Los condones más conocidos son los externos (conocidos como masculinos), elaborados con látex, que son sumamente flexibles y permiten tener una sensación de placer prácticamente igual a que si no se usaran. Por sus características, los condones pueden adaptarse a cualquier tipo de pene y en general, son muy resistentes siempre y cuando se encuentren en buenas condiciones y no hayan caducado. Al igual que los medicamentos, los condones tienen fecha de caducidad, por lo que si se usan después de esta, es probable que se rompan. 

Los condones internos (conocidos como femeninos) son menos conocidos pero también son efectivos. Están elaborados con otro material llamado poliuretano y también tienen una eficacia de prácticamente el 100% para prevenir VIH y otras ITS siempre y cuando se utilicen adecuadamente de principio a fin en una relación sexual. Los condones internos, a diferencia de los externos, se pueden colocar hasta varias horas antes del coito. En ambos casos, es importante asegurarse que el condón esté adecuadamente lubricado y  se recomienda agregar más lubricante a base de agua el cual también se puede conseguir en farmacias o sex shops. Los condones externos se pueden conseguir en los centros de salud de manera gratuita, así como a la venta en farmacias o sex shops. Los condones internos son más difíciles de conseguir y en ocasiones sólo se encuentran con organizaciones de la sociedad civil o en sex-shops.

Existe un mito que dice que el virus es más pequeño que los poros del látex o el poliuretano con el que están hechos los condones y por lo tanto, no protegen del VIH. Esto es falso debido a que el virus viaja al interior de otras células, las cuales no pueden atravesar la barrera de plástico.

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PrEP: la pastilla que previene el VIH

La Profilaxis Pre-Exposición (llamada PrEP por sus siglas en inglés) es un método de prevención que consiste en la toma de una pastilla compuesta por dos medicamentos antirretrovirales (Emtricitabina + Fumarato de disoproxilo de tenofovir, FTC/TDF) para prevenir el VIH. Existen dos formas de tomarla reconocidas por la Organización Mundial de la Salud, la primera es una toma diaria y la segunda se conoce como “a demanda” o “por evento”.

La PrEP a demanda, consta en tomar dos pastillas entre las 2 y las 24 horas antes de una relación sexual luego, una tercera píldora 24 horas después de las dos primeras píldoras, y una cuarta píldora 48 horas después de las dos primeras píldoras. A este esquema de tomas se le ha descrito como dosificación 2+1+1, un término que puede ser útil para comunicar este enfoque como una alternativa a la toma diaria. 

La toma diaria y esta dosificación 2 + 1 + 1 son los únicos regímenes de PrEP que han demostrado ser efectivos.

De esta forma se evita la posibilidad de que el VIH se replique incluso si llegara a entrar al cuerpo humano. Se ha demostrado que la PrEP tiene una eficacia hasta del 99% para prevenir la transmisión de VIH cuando la adherencia es buena y bajo el esquema de toma diaria. El uso de PrEP no significa que se deba dejar de utilizar condón, ya que si bien previene la transmisión de VIH, no previene otras ITS. 

El uso de PrEP plantea diferentes situaciones que deben resolverse antes de darle el medicamento a una persona, incluyendo como realizar  pruebas de detección de VIH y otras ITS así como pruebas de función hepática y densidad ósea. 

Actualmente se cuenta con un medicamento de patente que es costoso y una versión genérica que es más accesible, sin embargo, el uso de la PrEP no es sólo tomar el medicamento sino tener el acompañamiento de un profesional de la salud. 

En un futuro quizás haya acceso a PrEP para personas que tienen muchas prácticas de riesgo pero por el momento, no es posible obtenerla. En México se implementó un protocolo de PrEP con recursos internacionales para revisar las condiciones de aplicación en el país, tanto en las Clínicas Especializadas Condesa como en algunas organizaciones civiles.

PEP: una alternativa de emergencia

La Profilaxis Post-Exposición (llamada PEP por sus siglas en inglés) es un tratamiento que ayuda a prevenir  la transmisión del VIH en caso de exposición al virus. Se emplea con personas seronegativas en varias situaciones: 

Situación 1:

En el caso de las víctimas de violencia sexual; está indicado para prevenir algún riesgo de infección durante la agresión en caya de que violación. Así está indicado en la Norma Oficial No. 46.

Situación 2:

En el caso de accidente con el manejo de sangre y hemoderivados por parte del personal de salud o laboratorios. 

Situación 3:

También como profiláxis en los recién nacidos, cuya madre viva con VIH.

Situación 4:

En los casos de relaciones sexuales no protegidas, tanto de parejas positivas al VIH sin control virológico como de parejas de las que se desconoce si viven o no con esta infección. En este último escenario, el PEP está indicado para las poblaciones con mayor prevalencia al VIH.

Salvo los casos de intervención perinaltal, siguiendo el protocolo específico, la PEP consiste en tomar un medicamento antirretroviral todos los días durante un mes. La ingesta debe comenzar máximo 72 horas después de haber tenido el contacto de riesgo. La PEP tiene una eficacia de más del 90%. Puede provocar algunos efectos secundarios como malestar general, náuseas y vómito por lo que su uso es delicado y debe monitorearse.

No obstante de estar contemplado en la Guía de Manejo Antirretroviral, el PEP para relaciones sexuales desprotegidas no está disponible en la mayoría de las instituciones de Sector Salud. Sí lo ofrecen siguiendo un protocolo, las Clínicas Especializadas Condesa en la Ciudad de México.

Cuando una persona es víctima de violencia sexual, tiene derecho a acceder a la PEP en todo el país, además de la anticoncepción de emergencia.

Tratamiento como prevención

Las personas que viven con VIH, que están bajo tratamiento y que logran tener una carga viral indetectable, tienen una posibilidad prácticamente nula de transmitir el VIH. A esto se le llama, tratamiento como prevención. Es decir que una persona con VIH que tiene una buena adherencia a los medicamentos y que estos le funcionan, puede eliminar la posibilidad de transmitir el VIH, incluso si no usa condón en sus relaciones sexuales. 

Esto se debe a que la cantidad de virus en su cuerpo es muy muy baja, es decir, hay muy pocas copias, y por lo tanto  no se puede transmitir. Sin embargo, aunque la personas con VIH tenga una carga viral indetectable, se recomienda seguir utilizando condón para evitar la transmisión de otras ITS .  

En este sentido, el tratamiento es importante no sólo para preservar la salud de quien ya vive con el virus, sino también como medida preventiva para evitar la transmisión a otras personas. Recuerda que Indetectable=Intransmisible.

Otros métodos

Si bien es cierto que existe riesgo de transmisión del VIH desde el principio al fin de una relación sexual penetrativa, existen algunas formas de disminuir ese riesgo en caso de que no se utilice condón. Por ejemplo, usando lubricante a base de agua o silicón de manera abundante, para evitar la fricción y en consecuencia, heridas en el interior de la vagina o del recto, así como evitando la eyaculación en el interior.

Los hombres que tienen circuncisión presentan un 60% de menos probabilidades de adquirir VIH durante la penetración vaginal. En el caso de la penetración anal, los hombres circuncidados también tienen ligeramente menor riesgo. Esto debido a que cuando no hay prepucio (la piel que cubre el glande) hay menor posibilidad de desarrollar micro-heridas en el pene o de una infección posterior debido a que algunos fluidos pueden permanecer debajo del prepucio. 

Bañarse después de una relación sexual, no disminuye la probabilidad de transmisión de VIH. Es importante recordar que el riesgo de transmisión sexual existe tanto  para la persona que penetra como para la que es penetrada

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Educación sexual

La información sobre salud sexual basada en evidencia científica es necesaria para la prevención del VIH. Cuando esta información se da en contextos escolares, puede resultar sumamente efectiva para promover estilos de vida saludables en las y los niños, adolescentes y jóvenes, incluyendo aquellos relacionados con la salud sexual y reproductiva. 

La información completa sobre sexualidad, permite que las personas puedan tomar decisiones sobre su vida sexual, siempre y cuando esta no esté basada en prejuicios. Es importante que la educación incluya información sobre qué es el VIH, cómo se puede prevenir y también el respeto que se debe tener a los derechos de las personas que ya viven con el virus.  

Es recomendable que desde la infancia y la adolescencia reciban información sobre su salud sexual, incluyendo el uso de condones, que son el principal método para prevenir embarazos y también ITS, incluyendo el VIH.

¿Existe una cura?

Actualmente no existe ninguna vacuna o cura para el VIH. Existen muchos proyectos de investigación en varios países, algunos de ellos han llegado incluso a hacer ensayos clínicos con humanos, sin embargo ninguno ha dado resultados lo suficientemente buenos como para desarrollar una vacuna. La buena noticia es que cada vez se conoce más sobre el funcionamiento del virus, su mecanismo de replicación y sobre cómo ataca a las células del sistema inmune. Es posible que aún pasen varios años para que ese conocimiento se convierta en el desarrollo de un producto médico que pueda prevenir la transmisión del VIH o que pueda eliminar el virus del cuerpo de las personas que ya viven con VIH. 

Constantemente se difunde  en las noticias que en algún lugar del mundo se descubrió la vacuna o la cura al VIH, sin embargo esa información es incorrecta y comúnmente lo que sucede es que se descubre alguna nueva clave sobre el virus pero eso no significa que ya esté en desarrollo algún producto médico para prevenir o eliminar el VIH. 

Ningún “producto milagro” puede prevenir o eliminar el virus, incluyendo factores de transferencia, suplementos alimenticios ni hierbas tradicionales.

Donar sin riesgo

En México, por norma, cuando una persona va a donar sangre, se debe hacer una prueba de detección de VIH para descartar la presencia del virus. En caso de que la muestra de sangre detecte la presencia de anticuerpos de VIH, esta sangre se debe desechar. Los casos de VIH por transfusión sanguínea están prácticamente erradicados desde hace muchos años, por lo que casi todos los casos de transmisión por vía sanguínea se presentan  entre  personas que se inyectan drogas.

Cabe mencionar que la Norma Oficial NOM-253-SSA1-2012, de la Secretaría de Salud ya no prohíbe la donación de sangre a las personas homosexuales, sin embargo en diferentes instituciones de salud se sigue haciendo esa distinción, lo cual es un acto discriminatorio. Por otro lado, la transmisión por accidentes laborales en el caso de personal de salud, es muy baja ya que existen mecanismos para la prevención del VIH en caso de que haya pinchazos con agujas o equipo usado en clínicas y hospitales.  

Prácticamente todos los casos de transmisión sanguínea en México, se dan por el intercambio de agujas o jeringas entre personas que se inyectan drogas.